Singapur es caluroso, húmedo y lluvioso con pocas variaciones a lo largo del año. Lo que más molestará son las altas temperaturas del punto de rocío. Va a ser cuestión de vestir con lino y disfrutar de una siempre agradable película de sudor sobre la piel. Esto aderezado con el aire acondicionado de los edificios nos da como resultado la necesidad de llevar un paraguas y una rebequita siempre a mano.
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